El modelo de competitividad sistémica y la pertinencia de la promoción de los clusters productivos como vía para lograr el desarrollo local

Autores/as

  • Jorge Antonio Mejía Rodríguez Universidad de Guadalajara

DOI:

https://doi.org/10.32870/eera.vi14.790

Palabras clave:

modelo, competitividad, promoción, clusters, desarrollo

Resumen

El modelo de competitividad sistémica introducido en algunos países europeos (como Alemania) con el fin de impulsar el desarrollo regional y local, en un contexto de globalización, desde las décadas de los años ochenta y noventa, se erige hoy en día como uno de los referentes teóricos más oportunos para dinamizar las estructuras de las economías locales y regionales de los países en desarrollo. Las diferentes dimensiones de actuación de los agentes económicos, políticos y sociales que postula, permiten reconocer las particularidades productivas locales y regionales para impulsar su competitividad desde una perspectiva global y sistémica. Es preciso destacar que la trascendencia de este enfoque teórico-metodológico brinda opciones de salida al panorama recesivo que enfrentan los sectores económicos del país mediante el fortalecimiento de cadenas productivas por medio del mecanismo de fomento de los clusters locales y regionales, con base en casos exitosos ocurridos en otras latitudes, tanto en países desarrollados como en algunos en desarrollo. Es por ello que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) promueve dichos esquemas desde los años ochenta, con el fin de incentivar la productividad y la competitividad de los factores productivos en esos entornos, en particular en aquellas áreas específicas de los países en desarrollo en donde están presentes circunstancias que, de un modo u otro, han permitido el incipiente crecimiento de actividades productivas —manufactureras, comerciales y de servicios— a pequeña y mediana escala.

Se parte de la premisa de que, si bien existe el conocimiento de este paradigma por parte de algunas de las autoridades y agentes regionales y locales de nuestro país, la falta de comprensión y el desconocimiento de la mayoría de los gobiernos estatales de este enfoque, orilla a descartar dichas políticas en sus programas de promoción del desarrollo y de expansión empresarial, respectivamente. Algunas de las interrogantes que se imponen al respecto, serían: ¿es pertinente promover la competitividad sistémica y los clusters como vía de desarrollo local? ¿Son viables las estrategias de colaboración y asociación empresarial a nivel regional y local? ¿Es posible impulsar formas de participación colectiva y autogestiva a nivel microempresarial? ¿Seguirá imperando la desconfianza interempresarial en su interrelación operativa cotidiana entre las mipymes y, por ende, los bajos niveles de productividad, calidad e innovación imperantes?
La respuesta a estas interrogantes tiene que ver con la validez del argumento, que incluso trasciende los ámbitos locales y regionales, de que es mejor competir en grupo que hacerlo aisladamente, así como de la impostergable necesidad de comenzar a cambiar la forma tradicional de pensar y operar de los pequeños empresarios mexicanos en general, y de Jalisco en particular. Al respecto, los hechos refieren que tal perspectiva parece haberse iniciado —al menos como política de fomento local en la entidad de 1994 a 2000—; sin embargo, destaca el hecho de que no se le ha dado la continuidad debida a este tipo de políticas durante la presente administración panista en el periodo 2001-2007, no obstante algunos incipientes resultados positivos obtenidos por la pasada administración en la entidad en ese sentido.

Biografía del autor/a

Jorge Antonio Mejía Rodríguez, Universidad de Guadalajara

Maestro y Profesor investigador del Departamento de Economía, cucea, Universidad de Guadalajara.

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Publicado

01-01-2005

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